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Llamando a un timbre, madrugada.

Busca siempre la mirilla.

La vida viene galopando
y el galope es forcejeo.
Es tormenta.
Es muralla.
Es ausencia.
Es no puedo más y aquí me quedo.
Es lo hondo
pero también es salir corriendo
y es la calma
y es olor salado
y es viento fresco
y aires nuevos
y es volver a encontrar
y volver a retomar
y empezar de nuevo.

De noche, la mirilla es vigía.

Tras la puerta está el futuro.

Volver a mirar y ver
lo que no vimos,
incluso a oscuras,
es nacer después de muerto.

Es víscera caída.
Es resurgir.
Es mirada serena.
Es aliento. Mirilla.
Es aliento.


(Sin cobertura)

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